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Querido soñador/a, bienvenid@
Soy Silvia Soñadora. Escribo para reflejar todo lo que mi alma quiere gritar. Un buen libro y un café. El ritmo de una canción. Sonrisas. Amor. Arte.
Esas pequeñas cosas que hacen esta vida tan bonita.
Dicen que escribir es el espejo del alma, así que las palabras aquí escritas serán mi reflejo.

Como parte de mis sueños, espero que disfrutes la lectura.

Capitulo 4: Una mañana divertida

17.3.13


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Capitulo 4
Una mañana divertida

Ese lunes había sido un día muy ajetreado. Un día lleno de emociones y sorpresas, un día único y especial.
El incesante resplandor del sol la despertó. Era temprano, las nueve para ser exactos. Aun así se levanto, tenía ganas de despejarse.
Se asomó a la ventana, los rayos del sol deslumbraron sus ojos. La temperatura era muy elevada. Esa mañana desayunó al aire libre en la mesa del jardín. Cuando termino su desayuno fue a buscar alguna prenda fresca en su maleta. 
A las diez ya estaba vestida y arreglada. Se había puesto una minifalda rosa y una camiseta blanca. Como hasta las once y media no tenía que salir para ir al parque decidió ordenar su ropa en el armario. El armario era lila, como su habitación.
En tan solo media hora había terminado. Cogió su móvil y llamó a su madre.
Su madre se llamaba Marga, trabajaba como profesora en un colegio de la ciudad. Todavía no habían empezado las clases por lo que su madre no estaba trabajando.
Nadie contestó la llamada. Volvió a intentarlo pero tampoco contestaron. Como su madre no la cogía, llamo a Laura.
Conversaron alegremente durante media hora, aunque a ambas les parecieron cinco escasos minutos. Se despidieron con un tono alegre aunque a las dos se las  había borrado su preciosa sonrisa de la cara. Si de ellas dependiera se quedarían con un oído pegado al teléfono durante infinitas horas escuchando a su mejor amiga hablar sin apenas parar para respirar durante un segundo.
A las once y media salió de casa con su bolsito marrón claro colgado del brazo. En diez minutos estaba en un banco del parque. Al poco tiempo llegó Marina con su vestido de flores y un bolso pequeño de color lila. A Cris siempre le había gustado la forma de vestir de Marina, ese día estaba guapísima.
Caminaron durante un rato, Marina vio una tienda de ropa y entraron a echar un vistazo. Cris se probó un vestido, era rosa.
Al final  Cristina se compró un vestido y unas botas para cuando se adentrase mas el invierno. Marina compro unos vaqueros y una camiseta blanca.
Las dos charlaban contentas de sus compras, entre una cosa y otra se habían hecho las dos. Ambas tenían hambre, así que fueron a un restaurante y se sentaron en una mesa de la terraza

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