Bienvenid@


Querido soñador/a, bienvenid@
Soy Silvia Soñadora. Escribo para reflejar todo lo que mi alma quiere gritar. Un buen libro y un café. El ritmo de una canción. Sonrisas. Amor. Arte.
Esas pequeñas cosas que hacen esta vida tan bonita.
Dicen que escribir es el espejo del alma, así que las palabras aquí escritas serán mi reflejo.

Como parte de mis sueños, espero que disfrutes la lectura.

Primeras veces, +30

30.9.17

Se ha acabado septiembre, lo que significa que llevo un mes viviendo aquí, los primeros treinta días, que se han esfumado tan rápido como si fueran tres.Va a ser verdad que diez meses pasan volando, que el tiempo aquí y en cualquier parte se nos escapa de las manos y tenemos que aprovechar cada segundo.

Sin duda, el mes de las primeras veces.

Rebobinando a unas semanas atrás, recuerdo los nervios del viaje, las interminables horas de avión, que llegaron a su fin, y el encuentro con las familias. Llegué ilusionada y con un manojo de nervios por cuerpo, no sabía lo que estaba a punto de vivir. Me pasé el viaje con la sensación de un niño que se va de campamentos quince días, pero al despertarme la mañana siguiente fui plenamente consciente de donde estaba, y que conllevaba todo lo que llevaba meses imaginando en mi cabeza. Darme cuenta de todo esto, me provocó mil emociones en cuestión de minutos, pero la que destacaba era la felicidad.
Con todo ese amasijo de emociones también llegó el jet lag, y hasta nos hicimos amigos, porque se quedó conmigo un par de días. Con mi nuevo amigo y mi nueva familia, fui a hacer excursionismo por las montañas, y me encontré con paisajes que no podía dejar de fotografiar.

Vino el primer día de instituto, la primera vez en Downtown, la primera vez en un cine canadiense, el primer partido de hockey... y así un montón de veces más.
También en este mes he podido darme cuenta del peso que tiene la actitud con la que enfrentemos la vida, he aprendido a tomarme las cosas con calma y a controlar los agobios (cuando me perdí volviendo a casa por la noche por ejemplo), y que ser feliz es también un poco nostalgia al ver una foto, acordarte de alguien al escuchar una canción o sentirte unida a tu familia a pesar de los tropecientos kilómetros que os separan.

Con familia me refiero a todas las personas que forman parte imprescindible de mi vida, porque sin duda lo más importante que he aprendido aquí hasta el momento es a valorar, a valorar cada pequeño detalle y a no desvirtuarlo con etiquetas, a no limitar nada, a no frenar.
Y para mí, familia son todas las personas que me hacen feliz.

No soy capaz de asimilar que todo vaya tan rápido, hace un tiempo hubiera dicho que me daba miedo la velocidad que alcanzaba la vida, pero a día de hoy, no le temo a nada, porque eso sería ponerme límites a mi misma, cortarme las alas y me niego a frenar.
 La vida no para, no espera, solo avanza, y nosotros solo podemos seguirla el ritmo, disfrutarla a medida que pasa por nosotros, arriesgar sin reparos por todo lo que queramos y no rendirnos nunca.




Así que si sientes que la vida va demasiado rápido, acelera, píllala, y por dentro, saborea lento cada momento que te brinde.

Hace un mes que deje mi hogar, y ahora puedo decir que estoy en casa de nuevo.
En otro país, con otra gente, pero en casa de todas formas.
Si tuviera que describir este mes en una palabra, diría que ha sido felicidad. Miles de emociones, nuevas aventuras y sentimientos.
Cambios, de esos que te hacen aprender, que te hacen crecer.

Estoy en casa, aquí, pero aún y siempre, con cada uno de vosotros que formáis parte de mí.
Estoy lista para vivir.



You could be larger than life, bigger than the world...

Con mucho amor,
Silvia Soñadora





Inefable felicidad

23.9.17

Hace tiempo decidí que sería feliz.
Que yo ya no buscaba la felicidad, la construía.

Porque no consiste en tener, en adquirir, conseguir o llegar.
Sino en valorar, y sentir, en querer, luchar y vivir.

No es algo material ni mucho menos algo superficial.
Es personal, íntimo y vital.
No es un destino, sino un camino.

No es una etapa, una fecha señalada o un objetivo en mi lista de sueños.
Es un día a día, rutina, salirse de las líneas, sonrisas, cafés o poesía. Es un tren, y muchos, correr tras ellos, alcanzarlos y a veces perderlos, porque quizá no estaban hechos para ti. Es perder todo aquello que no te hace falta, y ganar mucho más de lo crees que hay para ti. Es aprender, y equivocarte, es acertar.

Es andar, bailar, ver las estrellas, las calles, tu hogar y las personas que lo forman.
Es todo lo de fuera, lo que no es tuyo, y de repente empieza a serlo.

Es todo lo que somos, los momentos que vivimos y los lugares que hacemos nuestros.
Es salir y quedarse, no correr demasiado pero nunca parar.

Es cada segundo, cada día y cada sueño, todos ellos, cada pasión y cada sentimiento.
Es llorar y sonreír, enfadarse y perdonar.
Es todo corazón.

La felicidad es ser valiente. Es ser elocuente y loco. Efímero y eterno al mismo tiempo. Es recordar, pero guardar en ti.
Es una vida.


Hace tiempo decidí que la vida era para ser feliz, que nada me lo iba a impedir.
Que no iba a buscar la felicidad, que la estaba construyendo cada segundo de mi vida.

Desde ese día soy feliz.
Cumplo sueños, arriesgo, lucho y a veces pierdo. Pero incluso esas veces, salgo ganando en la felicidad de haber vivido cada segundo que tengo como único que es.

Y con la felicidad al alcance de mi misma a cada momento, he descubierto que es algo indefinible, aunque acabe de intentarlo.

Es inefable, algo indescriptible y que reside fuera del alcance de una explicación.

Y al mismo tiempo que la felicidad es inefable, lo inefable es felicidad.

Ese día decidí que la felicidad es mi camino, y hoy, mi vida empieza a ser inefable.


Una vez más, nunca dejéis de soñar, no paréis de luchar.
Hasta muy pronto valientes
.
Silvia Soñadora

Carta a mí misma (dentro de 10 meses)

11.9.17

Querida yo,

Para ser sincera no tengo ni la menor idea de como empezar esta carta. Solo sé que quiero escribirla, contarte mis sentimientos y lo que espero de esta aventura que tú acabas de vivir. Tengo la sensación de que sé muy poco de ti, que aunque seamos la misma persona, también eres otra.

No quiero anticiparme a los acontecimientos y enumerarte momentos que espero, quiero vivirlos y sorprenderme. No sé que me augura este año, pero estoy segura de que será especial.
Y no hablo de los 8000 km de independencia que voy a ganar en 12 horas de vuelo, ni de que este sueño sea por fin mi realidad, ni siquiera hablo de todas las personas que voy a conocer y los momentos que voy a vivir, que no por eso dejan de ser importantes.

Pero yo hablo de nosotras dos. Es nuestro año para reinventarnos y evolucionar. Avanzar en el terreno personal, no solo en el temporal, ya que eso es inevitable.
Es el momento de aprender a quererme más, a valorarme y a valorar, aprender millones de cosas, y reafirmarme en mi idea de nunca dejar de luchar (ni de soñar)


Espero volver con mil ideas más en la mochila, más sueños, más metas, objetivos cumplidos, y personas increíbles.
Espero volver con millones de momentos y experiencias inolvidables.

Sé que no va a ser el año más sencillo, pero sí será uno de los mejores, sino el mejor.
Echaré de menos, lloraré alguna vez, pero aprenderemos a sobreponernos a todo eso juntas, y vamos a disfrutar como nunca antes. Vamos a vivir.

Querida yo, espero mucho de ti, espero que seas otra sin dejar de ser la misma. 


Una de las razones que me ha impulsado a escribir esta carta es la creación de un vínculo entre todo lo que eras y querías escribiendo esta carta, y lo que eres leyéndola. Tu filosofía de vida, tus principios, tus motivaciones y objetivos, tu forma de pensar y en general, tu punto de vista frente a aspectos varios de la vida cotidiana.
Espero que todas las miradas con las que has podido conectar hayan compartido contigo un poco de su forma de ver el mundo, espero que estés orgullosa de cada segundo de estos diez meses, y que vengas preparada para mil aventuras más.

Sé que vas a ser muy feliz, que lo has sido estos diez meses, y que seguirás siendo una risa constante, puñados de ilusión, y ganas imparables de vivir.

Por último, quiero dejarte una frase que estoy segura habrá sido importante para ti, por si no te acuerdas se la debemos al calendario de la casa de la abuela.

"Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas."

Espero que me escribas pronto, me muero de ganas por saber de ti.
Te quiero, aunque estoy segura de que tú me querrás mucho más.


P.D: Nunca dejes de luchar, la felicidad es el camino, no la meta.

Silvia Soñadora




¡Esto es solo el comienzo!

4.9.17

¡Buenas tardes valientes! (Buenos días para mí jeje)

La espera ha terminado, os escribo desde mi nueva habitación en Calgary. Este es mi cuarto día aquí y parece mentira que en tan poco tiempo tenga ya tanto que contaros.

Empecemos por lo más fácil, ya iremos más tarde a lo profundo.

La familia es absolutamente encantadora, y tengo la extraña sensación, quizá también acelerada de home, sweet home (hogar, dulce hogar) Nunca pensé que tan rápido iba a sentirme tan cómoda, puedo hablar con ellos de cualquier tema y pasar tiempo juntos estando muy a gusto.

El sábado fuimos a la montaña con otras dos familias, y ayer por la tarde fuimos en canoa por el río, ambos días el paisaje era muy bonito, aquí hay montones de parques naturales, lagos y lugares idilícos.





Y llegó lo profundo...

Siendo sincera, no fui consciente de lo que suponía irse hasta el sábado por la mañana. Es decir, todo lo que conlleva irse un año fuera de casa. Me di cuenta de que todas esas despedidas eran reales, que mis lágrimas tenían más peso del que yo pensaba, porque aunque mi mente no lo supiera, mi corazón sabía lo que hacía. 
También, interioricé, que esto no eran unas vacaciones de dos semanas, sensación que tenía en el avión, sino que de verdad es una nueva vida. Que mi vida ha cambiado en un giro de 180º.

Darme cuenta de todo esto solo me ha hecho más feliz de lo que ya estaba, veo que mi aventura comienza, que todo tiene sentido después de nueve meses de trámites, consejos y ganas. Que esto ya no es solo un sueño. 
Tengo diez meses para experimentar, vivir aventuras, conocer gente, disfrutar, aprender... y cambiar...

De repente, también comprendí lo que es alejarse 8000 km de los tuyos, y lo que de verdad iban a significar todos los "Te voy a echar de menos" que he pronunciado y escuchado en los últimos meses, al mismo tiempo que entendí que la distancia no es ningún obstáculo, y que a pesar de que nos falten abrazos de vez en cuando y que odiemos los km que nos separan algunas veces, vamos a seguir unidos y juntos.

Por último, me gustaría compartir una pequeña reflexión que hice ayer, ¿habéis sentido alguna vez vergüenza ajena? Estoy casi segura de que sí, es más, puede que hasta hayáis pensado en un momento concreto.
Yo lo he sentido mil veces, y simplemente me he dado cuenta de lo estúpido que es, tanto si es ajena como si es por ti mismo. 
Si te avergüenzas, estas dándole poder sobre tu vida a lo que piensen los demás, estás dejando de disfrutar, frenando tus oportunidades... e incluso frenando las de los que te acompañan.

Y esta es mi conclusión, la vergüenza es inútil, solo nos hace esclavos de la opinión del resto, de sus miradas y reacciones. Así que, ¡disfruta!, haz el tonto si te apetece, deja que tus amigos y tu familia lo hagan, y en lugar de avergonzarte, ¡únete a ellos! 
Yo he cometido el error de avergonzarme por cualquiera que estuviera conmigo montones de veces, y ahora estoy convencida de que no merece la pena.

Aunque suene precipitado, esto ya está cambiando...
La felicidad es el camino, no la meta.

Como digo siempre...nunca dejéis de soñar, no paréis de luchar.
Hasta muy pronto valientes.

Silvia Soñadora